NIÑOS QUE VIVEN CON
VIH EN ECUADOR
Un hogar que necesita ayuda
Juvilus fue fundada por el sacerdote Alfonso Castells hace 14 años con el fin de ayudar a niños huérfanos con VIH. La primera casa se iba a fundar en Quito pero la gente se opuso al enterarse del virus que tenían los niños. Lo mismo sucedió en Cayambe hasta que la comunidad llegó a San Pablo (Otavalo), donde se logró un convenio con las madres salesias para establecer en esa zona la fundación. Sin embargo, el sacerdote fundador quien era como un padre para los niños falleció. Esto provocó que la fundación estuviera en crisis.
Actualmente, Jacqueline Martínez es la Presidenta de Juvilus quien se encarga de velar por el bienestar de 14 niños. De estos 4 son expuestos perinatales y los demás tienen VIH. Además, se trabaja con jóvenes que ya salieron de la fundación y se encuentran en reinserción familiar. Martínez menciona que mantener la casa de acogida es difícil pues reciben poco dinero por parte del estado. El mayor ingreso que tienen es por la gestión que ella realiza y las donaciones de empresas privadas. El MIES a través del bono Joaquín Gallegos Lara da mil dólares. Esto no es suficiente pues no solo deben solventar las necesidades de los menores si no también pagar tutores, psicólogos, chofer y demás personal administrativo que está al frente de Juvilus. Jacqueline menciona que son necesarios 8 mil dólares mensuales para mantener la fundación, porque también se están haciendo constantes adecuaciones al lugar.
Además, el convenio que se firmó con el MIES no se ha concretado del todo.
En cuanto a lo médico, los niños reciben atención del Hospital Baca Ortiz. Cada mes acuden a chequeos y reciben medicinas gratuitas. Jacqueline menciona que no han tenido problemas de desabastecimiento. Sin embargo, piensa que hay otras limitaciones para los menores como la adopción. “Tienen todos los documentos para que sean adoptados pero el problema es que la sociedad pide niños pequeños, hasta 6 años y sanos, los de la fundación no entran en ese grupo”. A esto hay que añadir la discriminación que aún persiste. Así lo confirma Martínez “El año anterior empezaron hacer protestas para que se vaya la fundación de esta zona”.



