Samanta es seropositiva, por transmisión vertical (madre-hijo). Cuando tenía cinco años llegó a la fundación Juvilus porque sus padres fallecieron a causa del SIDA. Su familia paterna vive en Colombia y la materna en Esmeraldas, ninguna pudo hacerse cargo porque eran de escasos recursos y no sabían como lidiar con el virus.  La niña, de actualmente 12 años, tiene la declaratoria de adoptabilidad y está en proceso de ser ecuatoriana. Sin embargo, ha sido difícil que alguien se haga cargo de ella porque tiene VIH. 

 

Uno de los episodios que marcó la vida de Samanta fue la muerte de su madre. Cuando tenía diez años, sus familiares de Esmeraldas llamaron a la fundación para informar que la mujer había muerto. La niña pudo despedirse de su madre aunque el proceso de duelo duró más tiempo. Fue en ese instante donde Samanta tomó consciencia de los alcances del virus de la inmunodeficiencia humana. 

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