Cuando tenía dos años, Víctor llegó a la fundación ORPHAIDS en Santo Domingo. Sus padres habían muerto a causa del SIDA, por lo que la tutela del menor quedó en manos de su tío y abuela. Sin embargo, ninguno de los dos podía cuidar adecuadamente al menor, su tío era drogadicto y la abuela alcohólica. Víctor vivía prácticamente en la calle pidiendo dinero y robando. No había nadie quien cuidara de él. Durante mucho tiempo la vida del niño se desarrolló en las calles hasta que la junta cantonal de Quevedo detectó el caso y lo reportó con la casa de acogida.  

 

En ese momento su salud estaba bastante deteriorada porque no había tomado medicamentos, estaba a punto de morir, pero con la ayuda de ORPHAIDS se logró estabilizar, aumentar sus defensas y disminuir la carga viral. Actualmente, Víctor tiene 11 años, es un niño carismático y audaz. Su proceso de reinserción con la sociedad no ha sido fácil pues nunca tuvo a nadie que lo guie correctamente. La historia que tiene lo ha hecho resistente a la norma, sin embargo día a día intenta cambiar su futuro. Entró nuevamente a la escuela, ha controlado sus malas actitudes y la agresividad. Víctor espera ser un profesional de éxito y tener una vida mejor.     

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