Melany adquirió VIH por trasmisión vertical de madre a hijo. La niña quedó desprotegida luego de que muriera su madre en un hospital de Quito. A pesar que el padre las había abandonado en momentos críticos de la salud de la madre, se hizo cargo de la niña posteriormente junto con su nueva pareja. Sin embargo, Melany no tenía los cuidados necesarios para controlar el VIH. Pronto acudieron a un hospital donde se diagnosticó a la menor con bronquitis y desnutrición. Luego de haber presenciado un cuadro bastante crítico, el hospital decidió enviarla a la fundación Juvilus hasta que se estabilizara. 

 

Actualmente, el virus en el cuerpo de Melany está controlado y lleva una vida tranquila. Aunque recibe terapia del lenguaje para superar su problema de lectoescritura.  

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