top of page

MATEO

Su historia se remonta ha algunos años cuando miembros del Ministerio de Salud realizaban una campaña médica en el recinto “Campanita”, en San Lorenzo, provincia de Esmeraldas. Los doctores hicieron pruebas a varias de las mujeres embarazadas de la localidad. Luego de tres meses, le comunicaron a la madre de Mateo que era portadora de VIH. Algo que la desestabilizó porque no sabía nada de la enfermedad, pensaba que la noticia era una sentencia de muerte. Esto causó que no se haga un tratamiento profiláctico y que posteriormente contagie a su hijo de VIH.  Y tuvo que entregarlo a la fundación hasta que su situación mejore. 

Uno de los problemas que presentaba Mateo al llegar a la fundación Juvilus era el alto grado de desnutrición. Esto debido a que la familia de Esmeraldas ocultaba que tanto el niño como su madre tenían VIH. Además, era un hogar pobre sin los recursos necesarios para proveer una mejor vida del menor. 

 

Actualmente, la salud de Mateo ha mejorado radicalmente; sus defensas son altas y la carga viral es baja. Sin embargo, aún se lucha por mantenerlo en un peso ideal. El fútbol ha sido una de las estrategias para controlar sus cambios de ánimo y tener una vida mejor. 

Julia Espinoza - Trabajadora Social Juvilus
00:00 / 00:00
bottom of page